Si nunca te detuviste a pensar qué es lo que le pones a tu cabello cuando usas shampoo y acondicionador, es hora de hacerlo. Te contamos, en detalle, cuáles son los ingredientes que lo cuidan y cuáles debes evitar a toda costa.
Cómo lavas tu cabello?
Levante la mano quien lo hace todos los días! Como habrás escuchado por ahí y en más de una oportunidad lavar el cabello todos los días es TERRIBLE. No deberías hacerlo con ningún método de lavado, siquiera con los más suaves y generosos.
El cuero cabelludo no se ensucia tanto como creemos, y el cabello menos. Incluso si transpiras todos los días por hacer actividad física, esa transpiración sale fácilmente con agua, por lo que no necesitas «lavar» tu pelo a diario. La piel del cuero cabelludo es distinta a la del resto del cuerpo. Requiere de una protección extra, que le da el cebo natural que el mismo cuero cabelludo produce. Removerlo constantemente sólo dará la señal a las glándulas sebáceas de que deben producir más. Y eso a su vez, puede llevarte a una seborrea, el desequilibrio de superproducción de sebo en el cuero cabelludo. Pero no queremos eso, cierto? (Si tienes cabello graso, esta puede ser la razón)
Así que primero lo primero: no laves tu cabello todos los días. No lo necesita. Si haces el ejercicio verás que la suciedad del ambiente y la transpiración (que al fin y al cabo es agua que sale de nuestro cuerpo), se van simplemente con agua. Mojar no es lo mismo que lavar.
Poo o low poo?
Si usas shampoo para lavarlo, seguramente tratas de elegir el mejor. Después de todo, tiene que limpiar bien el pelo, verdad? Pues no. El shampoo no siempre limpia el cabello y, el 60 o 70% de los shampoo comerciales, además, dejan residuos químicos.
Te reto a que agarres tu botella ahora. Fijate cuáles son los primeros tres ingredientes que tiene: agua, lauril sulfato de sodio y algún tipo de alcohol? A esto se le llama «poo». Se trata de un preparado químico acuoso con alcohol y un potente sulfato QUE SE USA PARA HACER LA BASE DE LOS MEJORES DETERGENTES. Has visto cómo tu detergente barre al paso toda la grasa de tu cocina? Básicamente eso es lo que te estás poniendo en la cabeza. No cabe dudas de que tu pelo no podría estar así de sucio.
El SLS (Sodium Laureth Sulfate, por sus siglas en inglés) es uno de los sulfatos más poderosos, es corrosivo y – por esa razón – reseca muchísimo el cuero cabelludo y abre las escamas de la hebra capilar (incluso más de lo que las abre la crema oxidante que se usa para las tinturas). De esa forma, corroes la delicada piel del cuero cabelludo al tiempo que dejas cada hebra de tu pelo expuesta al ambiente. Innecesario, no te parece? Otros sulfatos hacen el mismo trabajo, y son igual de perjudiciales.
Te estarás preguntando, entonces, por qué el shampoo trae estos surfactantes tan fuertes. Los traen porque son los únicos que remueven las siliconas que muchos otros productos «acondicionadores» traen. Las siliconas son un material que se adhiere a la hebra del cabello y la hace lucir lisa, sellándola con una película que, muchas veces, se va acumulando. A eso se debe el mágico brillo de muchos productos.
Si tu shampoo trae siliconas, debes saber que te está dejando residuos químicos que sólo embellecen a tu pelo por fuera. Mientras tanto, por dentro sólo lo agobian, haciendo que no pueda tomar hidratación, nutrición ni vitaminas o aminoácidos necesarios para estar sano. Y, déjame decirte, que sano brillaría mucho más.
Como ya habrás visto, el ciclo silicona-surfactante no es nada bueno. Tu pelo se ahoga, se reseca, y para «arreglarlo» sólo lo maquillamos con más siliconas. Por otro lado, si no las usas, también puedes prescindir de los sulfatos.
Existen, además, sulfatos más suaves, que limpian el cabello sin tanta corrosión. A los shampoo que contienen dichos sulfatos se los llama bajo en sulfatos, y el método de uso continuo de los mismos es «low poo». Si bien hay cantidad considerable de éstos en el mercado, hay que tener cuidado con el PH de la preparación, ya que muchos son ligeramente más alcalinos que nuestro PH natural, y tienden a resecar – a largo plazo – el cuero cabelludo. El ejemplo perfecto son los formulados para bebés: mantienen sulfatos suaves para no dañar su delicada piel, pero con un PH de 6, más alcalino que el del cuero cabelludo de un adulto (que ronda del 4.5 al 5.5).
Estos sulfatos son menos agresivos con tu pelo y con tu cuero cabelludo. Por supuesto, no barren todas las siliconas, sino algunas (ahondaremos en ello en la próxima entrega de esta serie de notas). Si estás acostumbrada a la espuma (no todos los surfactantes la provocan), y a la «sensación» del cuero cabelludo libre de todo, y no utilizas siliconas insolubles, quizás ésta es una buena opción.
Acaso hay limpieza sin shampoo?
Puede ocurrir que tengas el cuero cabelludo tan delicado, que hasta estos sulfatos suaves te irriten. O puede que siquiera los necesites porque no utilizas ningún tipo de siliconas. Si es el caso, puedes limpiar tu cabello con algún método NO POO. Sí, de hecho eso existe y limpia el pelo tan bien como cualquier otro método, aunque con mayor suavidad y procurando una hidratación óptima del cuero cabelludo.
Sin miedos ya sé lo que estás pensando. «No sólo me dicen que no me lave el pelo todos los días, sino que tengo que lavarlo sin shampoo?». Así es, muchos acondicionadores (llamados «de limpieza»), contienen sulfatos suaves o sustancias limpiadoras que son más que suficientes para barrer la suciedad de cada día.
Y es muy fácil encontrarlos. Busca alguno con textura ligera (prácticamente líquida), y usa una buena cantidad sólo en el cuero cabelludo. Debes emplear mucha agua para esto, y asegurarte de enjuagar de forma abundante masajeando el cuero cabelludo. El masaje también beneficiará la irrigación sanguínea y – por tanto – el crecimiento del cabello. A este método de lavado se lo llama «Co-Wash» (lavado de acondicionador), y deja el cabello mucho más hidratado.
EXTRA TIP
Cómo poner un poco de magia en tu cabello.
Cuidado con el petróleo!
Además de las siliconas, hay otro ingrediente común en los limpiadores de cabello que se acumula. Se trata de los derivados del petróleo (más comunmente conocidos como PETROLATOS). La consecuencia es siempre la misma: la hebra queda sellada, el pelo no recibe hidratación, nutrición ni vitaminas o aminoácidos.
Así, el cabello queda reseco y ahogado. Aplicado directamente sobre el cuero cabelludo, el petrolato tiende a obstruir los folículos pilosos haciendo que el cabello no crezca. Además, la falta de respiración y humectación del cuero cabelludo puede producir caspa.
Lo sabemos, no pondrías petróleo en tu pelo. Pero seguro lo has hecho. Si lo quieres evitar, te dejamos el nombre de los derivados de petróleo más común que traen lo shampoo.
Lista para empezar a ver qué trae tu shampoo?