DERROTA AL ESTRÉS EN 5 PASOS


Si las pilas de papeles en tu oficina crecen más rápido de lo que decrecen, no tienes tiempo para tí misma, te la pasas pensando en la siguiente tarea y lo que no te queda a medias te queda mal… querida: derrota al estrés antes de que éste te derrote a tí. Y ni hablar si ya se te fue al cuerpo.

Actualmente la mayoría de la población vive con algún grado de estrés, ya sea estrictamente laboral o no. Y de la población trabajadora, más del 30% sufre de ALTOS niveles de estrés. Te contamos cómo ganarle.

1.- Detecta el estrés

¿Realmente estamos hablando de estrés? No dejes de estar atenta a las señales que te nombramos, y no te alarmes por una o dos. El estrés es una combinación de buena parte de todas estas señales juntas, y es importante escuchar a compañeros de trabajo o superiores cuando te señalen alguna de ellas.

-Te sientes cansada y fácilmente irritable.

-Reduce tu capacidad de trabajo.

-Te muestras indeciso y por lo general con mal juicio.

-Molestias corporales como dolor de cabeza, náuseas, mareos o alta presión.

-Dificultad para dormir.

-Pérdida del sentido del humor.

-Cambios en las costumbres laborales, trabajar después de hora o llevar trabajo a casa.

-Presión en el pecho o dificultad para respirar.

2.- Conoce el estrés

Para derrotar al enemigo, hay que saber exactamente cómo es, cómo funciona. Hay 4 principales reacciones fisiológicas al estrés:

-El sistema reticular activante, ubicado cerca del tronco cerebral, se despierta poniéndote en alerta y afilando los sentidos de la vista y el oído. Puede que, en general, se sientas más sensible a la luz y a los ruidos.

-La sangre es dirigida al cerebro y a los grupos de músculos grandes, alejándose de las extremidades, piel, y órganos que no están en actividad en ese momento.

-Los sistemas digestivos e inmunológico dejan de funcionar. Es por ello que el estrés comienza a sentirse tan fácilmente en el cuerpo. Tus defensas bajan, te enfermas más seguido, y los problemas digestivos se hacen comunes.

-Los suministros de energía de los compuestos grasos y de glucosa son lanzados al flujo sanguíneo. Es posible, entre otras cosas, determinar si una persona sufre de estrés por su nivel de cortisol en sangre.

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3.- Analízalo

Ahora que sabemos cómo funciona, debemos conocer nuestras mejores y peores opciones, y para ello es fundamental saber del origen de nuestro malestar.

-¿Acaso tienes demasiadas metas laborales y personales, y fechas de entrega imposibles de cumplir? ¿Es demasiada presión para un humano? ¿Existe alguien que pudiera hacerlo?

-¿O es que las metas son superfluas y tu vales más que tu trabajo? ¿Tus habilidades no están siendo usadas y te sientes inferior a lo que realmente eres? ¿Están infravalorando tu capacidad? ¿Tus tareas te aburren o te resultan demasiado mecánicas?

-¿Falta de control sobre las actividades laborales?

-¿Están tus compañeros de trabajo o algún superior molestándote o acosándote? ¿O es tu jefe quien no te deja hacer tranquilo tu trabajo con comentarios que devalúan tu tarea o te presionan sin razón?

-¿Estás en un trabajo para el cual no te sientes suficientemente calificado? ¿Te esfuerzas por llegar a metas que crees imposibles?

-¿Tu área de trabajo te desconcentra y deprime por el mal funcionamiento de los artefactos, la baja luz, la incomodidad de tu silla y la mala postura de tu escritorio?

4.- Sácale partido

No vamos a ganar una guerra si no podemos llevarnos el trofeo, ¿verdad? 

Así que veamos: conocemos a nuestro enemigo y sabemos cómo trabaja. También de dónde viene. Estamos listas para destruirlo, no sin antes llevarnos lo que nos sirva.

Altos niveles de estrés son perjudiciales hasta la muerte (literalmente). Pero algo de presión nos pone en alerta y afila nuestros sentidos, lo cual puede ser beneficioso en cierta medida. 

Piénsalo: ¿acaso un pequeño reto no te hace más competitiva? ¿No te demuestra a tí misma que puedes hacer cosas que no creías poder hacer? 

Ahora, toma las riendas de tus tareas y organízalas. Deshazte de lo que no sirva, no traiga resultados, sea imposible de hacer o puedas delegar. No seas egoísta pensando que todas esas tareas son tuyas repártelas y tira a la basura lo inútil. Puedes ayudarte con estas 5 técnicas para aumentar tu productividad

También puedes mecanizar tareas, tu agenda completa o incluso otras áreas de tu vida, para no sufrir de una sobredosis de planificación continua. Es muy fácil si te ayudas con apps para organizarte, tu teléfono inteligente puede hacer cosas por tí que te faciliten la vida.

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5.- Derrota al enemigo

Luego de usarlo como un pequeño impulso a tu favor, hay que eliminar los restos de estrés que te perjudiquen. 

No vale la pena poner en juego tu salud por una pila de papeles, ¿cierto? 

Si lo que te preocupa es la gran cantidad de trabajo que tienes y estás calificado para hacerlo, estará sobre tu escritorio mañana. 

Si te preocupa llegar con las entregas, comienza a gestionar tu tiempo de forma inteligente: usa esa presión a tu favor! Luego, puedes usar tiempo para relajarte y hasta planear unas buenas vacaciones, el trabajo no irá a ningún lado. 

Si tus habilidades no están en línea, quizá lo mejor sea tener en cuenta un cambio de trabajo, o puesto. Seguro puedes conseguir algo mejor con tus habilidades (ten en cuenta estos consejos para quedarte con tu puesto de ensueño). Quizá hasta de carrera, si es que no te satisface lo que haces. 

En caso de que el problema sea con colegas o tu jefe, trata de solucionarlo de forma amable. Después de todo, las diferencias rara vez son personales, y cada uno tiene una visión y modo diferente de cumplir con la tarea y llegar a las metas de la empresa. 

Y si ya lo has intentado pero no resulta viable, corta la relación de raíz y pon primero tu salud. No lo leíste de mí, pero a veces es sano mandar al diablo a quien debas 😉

¿Lista para salir al campo de batalla?

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